Dictadura y derechos humanos: la emblemática figura de Eduardo Solari, por Ramiro Pereira
Paraná, 25 mar (APFDigital)
– En el marco de un nuevo aniversario del último golpe de Estado cívico militar en nuestro país, el presidente del Comité Capital de la UCR, Ramiro Pereira, recordó al abogado radical Eduardo Solari, quien "sin importar sus ideas políticas, se dedicó a defender a las víctimas del terrorismo"
A continuación, la nota de opinión completa.
Hoy se cumplen 47 años del último de los seis golpes militares que hicieron que se perdiera la república entre 1930 y 1983. El último golpe militar instauró una feroz dictadura que violó masivamente los derechos humanos. Hay que decir que el terrorismo ejecutado por el Estado venía desplegándose durante el gobierno constitucional derrocado, en particular desde la Triple A y con el obrar del Ejercito en el “Operativo Independencia” en Tucumán. De hecho, el Decreto de aniquilamiento de la subversión fue emitido en 1975 por el senador Luder, a cargo del Ejecutivo.
En los años de plomo, hubo muchos abogados radicales que se dedicaron a defender a las víctimas del terrorismo de estado, sin importar sus ideas políticas.
En Paraná estuvieron Juancho Garayalde, Luis Brasesco, el Cuco Tardelli y, como figurada destacada el Dr. Eduardo Antonio Solari (1917/1995).
Voy a citarlo a Enrique Pereira en su Diccionario Biográfico Nacional de la Unión Cívica Radical: “Producido el golpe de estado del 24 de marzo de 1976, comenzó para Solari una larga etapa que lo encontró en una labor abnegada y peligrosa, cual fue la defensa de una enorme cantidad de perseguidos por la dictadura. La gran mayoría eran sus adversarios políticos, pero jamás les cerró las puertas de su estudio o de su casa, sino que estaba siempre listo, desinteresadamente, para acudir a una comisaría, a un cuartel, a una cárcel lejana o cercana, la mayoría de las veces absolutamente sólo. Esta actividad lo ‘contaminó’ para algunos comerciantes que, por las dudas, buscaron a otros profesionales mas complacientes con el régimen para que atendiera sus asuntos. Debido a esto, atravesó una muy difícil situación económica, que sobrellevó con gallarda dignidad. [..] Solari fue una paradigmática figura de la UCR, en verdad una personalidad fuera de serie, cuyos principios éticos y morales, su inclaudicable austeridad, estaban presentes en cada una de las aristas de su vida política profesional, privada y familiar”
Hay otra historia, que no me la contó mi padre sino un viejo dirigente radical, que por aquel entonces era joven, en la cual el Dr. Solari manifestó, respecto de su defendido, (a quien le salvaría la vida, y cuya identidad no será dicha): “pensar que este [..] si fuera gobierno no dudaría en fusilarnos”.
He aquí un poco la clave de la democracia, que no es sólo democracia, sino democracia y derechos humanos. No se trata de si las ideas de las víctimas de la dictadura eran “buenas o malas” (para decirlo de modo grosero). El punto es que el Estado nunca debe actuar al margen de una legalidad respetuosa de los derechos humanos, pues su función, su razón de ser es preservarlos y promocionarlos. Y si alguien es sospechoso de cometer un delito, ahí está el juicio con garantía de defensa. Como fue el extraordinario juicio a las juntas de 1985. (Y también los juicios a las cúpulas de las organizaciones que usaron la violencia para la acción política, incluso en democracia, lo que se ilustra en el asesinato de Rucci, que fue un “mensaje” a Perón, quien hacía unos días había sido elegido presidente por la voluntad mayoritaria del pueblo argentino).
Estoy a unas pocas semanas de concluir mi mandato como presidente del Radicalismo de Paraná. Cualquier incomodidad que me haya deparado dicho cargo, no se compara con el honor de presidir un Partido que dio nombres de la talla de Enrique Mihura, Fermín Garay, Carlos Perette.. y el Colorado Solari.
Este retrato estuvo durante años en el escritorio de mi padre en Córdoba y Malvinas y hasta hoy en mi estudio de calle Panamá, y a partir del lunes estará en la sede del Comité de la Capital, en calle San Martín, para que su imagen ilumine el camino de la política entendida, no sólo como articulación razonable de intereses (que lo es), sino también como desinteresado sostenimiento de ideales.
En un día como hoy, cabe reivindicar la figura de Don Eduardo Solari, demócrata y hombre de derecho, cuya valentía salvó vidas cuando los derechos humanos no imperaban. (APFDigital)